Que nadie se entere...

El vehículo 4x4 viajaba raudo con rumbo ya fijado con antelación, aquel día estaba dispuesto a recorrer el litoral. Por lo que había cogido su toalla, un par de cosas para consumir, las gafas que siempre iban con él y... uno que otro libro sobre anatomía con el fin de estudiar nuevas enfermedades, libros que le llegaban mensualmente debido a una suscripción a una revista de medicina.

Después de unas cuantas horas de recorrido, de buen paisaje, verde, árboles, pasto, animales salvajes como conejos y pájaros. Sus cabellos revueltos debido al viento. Llegó a aquella playa un tanto desierta, una que otra persona deambulaba a la lejanía mientras el vehículo se detenía.

- Ahhh.... - su antebrazo se deslizó por la frente y se lanzó sin abrir la puerta. Llevaba una bermudas negra y una camiseta que le hacía juego. Tomó sus cosas y avanzó mientras sus pies se enterraban en la cálida arena - que buen clima hay por estas latitudes... - susurró y estiró la toalla sobre la silla de playa que había encontrado bajo una palmera.

El agua color calipso delineaba la arena, pareciéndole deliciosamente relajante todo aquello. Se tiró sobre la silla y se puso a leer tranquilamente - Fibrosarcoma... - frunció el ceño, no era muy entretenido leer sobre tumores, pero... debía actualizarse en sus conocimientos aunque fuese allí.

El libro en sí era muy interesante, pero de tan interesante comenzaba a quedarse dormido, todo por haber trabajado hasta tarde, pero se había prometido tomarse ese día para relajar su cuerpo, estaba a punto de llevar su cama hasta el hospital pues se las había pasado trabajando una semana completa, no sabía cómo podía llegar hasta esos extremos, sólo una respuesta llegaba a su mente: los niños. Los niños que tanto deseaba proteger, sus caritas felices cuando lo veían entrar. Niños terminales que no podrían regresar más a sus casas, que sabía que iban a morir y aún así los trataba como propios, pues ya parecía que se habían olvidado de ellos.

Sus ojos poco a poco dejaban de ver las letras, de hecho, comenzaban a bailarle de la nada y supo que se quedaba dormido. Sonrió y de pronto escuchó que alguien le llamaba.

Giró el rostro y no vio a nadie conocido por lo que se sentó y cerró adecuadamente el texto para así dejarlo a un costado. Aquella voz... pensándolo bien... había sido bastante conocida, la había escuchado de no sabía donde.

Volteó de nuevo la cara y ahora si que notó como alguien intentaba cubrirse el rotro - Michael? - sus ojos se separaron como platos al notar que era él... una sonrisa entonces se apoderó de su rostro y se levantó - Hey! qué haces allá? ven ven! -

Se le acercó para estrechar la mano contigua y en ese momento le dio un abrazo que supo a algo más... se quedó inmóvil - Qué... Qué se supone que hago? - se separó nervioso y retrocedió chocando con la silla de playas lo que provocó caer sentado en ella - ja.. jajajaja... toma asiento por favor jaja -

- Por dios... parezco idiota... - pensó y luego tomó el libro... aquel sobre tumores que tenía imágenes de extremidades completamente ramificadas y de variados colores debido a la misma enfermedad - pues vine a leer... sí... a leer... -

Nuevamente se preguntaba por qué estaba siendo tan idiota. Miró hacia el mar y suspiró largo y pesado para girar el rostro y mirarlo un poco más calmado - Cómo ha estado tu semana laboral? - depositó a un costado el libro y tomó de su cooler un refresco para alcanzárselo extendiendo el brazo.

El viento comenzaba a ir más de prisa revolviendo su cabello negro, lo que parecía hacerlo ver un poco más joven de lo que era, mientras el otro chico llevaba el cabello tomado.

Lo miraba hacer y deshacer a antojo mientras él sonreía un tanto tranquilo, relajado, quizás debido al aire refrescante del lugar - bien... un tanto ajetreado, hice horas extra cuidando a los niños terminales... - miró hacia el horizonte - dos de ellos estaban tan mal, quizá cuando regrese sus camas estén siendo usadas por otros que vendrán... - parecía un tanto cabizbajo por lo mismo, no le gustaba esa parte de la medicina, el saber que no podía hacer mucho por aquellos que no tenían cura, a los cuales trataba de aminorar el dolor y no poder hacer más por lo deficiente de la medicina actual - creo... que no haré muchas horas extras, terminaré afectado con todo eso - sonrió y le miró.

Durante la semana habían estado conversando vía telefónica, no obstante, no tenía la más mínima idea que se volverían a encontrar debido a sus horarios y a lo lejanas que se encontraban sus especialidades - y cómo es que viniste justo acá, te pensaba en el hospital... - se estiró un poco llevando los largos dedos hasta su negra cabellera mientras peinaba calmadamente los mechones con el fin de poder ver bien a su colega.

Cerró los ojos sin poder evitar un leve sonrojo por las caricias que le proporcionaba - Pues... si quieres ir... me gustaría presentarte a algunos de los niños... son muy inquietos no creo que puedas con ellos - sonrió con picardía y se levantó revolviéndole el cabello con el fin de hacerlo enojar y que lo siguiera.

Entonces saltó de donde se encontraba y se puso a correr tan rápido como sus pies se lo permitían - Jajaja... - sus ojos brillaban reflejando el sol a la vez que la arena salpicaba con cada tranco que daba, el cabello desordenado debido al viento que parecía no darle tregua, pero aún así trataba de mirar al otro de reojo.

Comenzaba a entretenerse en aquel día de playa, esperaba que no hubiese ningún problema, sino tendría que dejar el lugar y a su compañero. Hace mucho que no tenía un merecido descanso.

Tanto correr llegó a la orilla del mar, donde sus huellas quedaron plasmadas en la arena húmeda, sintiendo las pisadas del otro muy cerca de él intentó aumentar la velocidad para no ser alcanzado y así continuar un poco más.

Entonces, al levantar su cabeza, notó como el otro se encontraba frente a él acuclillado picándole la espalda con una ramita - ¿Estás vivo? - seguía picando con la ramita y luego sus ojos se desviaron hasta donde la espalda perdía el nombre, en ese momento cayó sentado en la arena junto al otro hombre, tratando de parecer recatado, pero muerto de la risa - ves lo que logras tratando de dar en el blanco? - se inclinó y a gatas se le acarcó al oído - alguna vez le has achuntado al blanco? - p...pero... qué se supone que di... dije.... - retrocedió un par de metros sentado aún en la arena alejándose de Michael, estaba diciendo incoherencias.

Frunció el ceño tratando de parecer algo... ido y luego se acercó como si no hubiese pasado nada para sentarse a su lado y tomar su rostro con ambas manos - espera... déjame revisar eso - le ayudó a sentarse y a elevar el rostro, de modo que los orificios nasales quedaran ante él y así revisar que el tanto el tabique como el puente estuviesen en perfectas condiciones - uhm... - lo miraba pensativo - uhm... - alzó una ceja un tanto analítico.

La verdad es que sólo recorría sus facciones, aprovechaba de rozar la piel del otro, aún sin estar muy claro por qué realizaba aquello, pero ahí estaban los dos, sin nadie alrededor y muy cerca un rostro del otro.

Le estaba soplando la arena cuando de improviso se vio "atacado" por su amigo, sintiendo aquella lengua surcar el interior de su boca mientras sus orbes se explayaban por completo sin saber qué hacer, pero una vez que el hombre se alejara disculpándose nerviosamente, su mano sostuvo la que se alejaba para jalar de él con fuerza y pegarlo nuevamente. Los dos permanecieron un par de minutos sentados, Michael sentado encima del pelinegro mientras las olas mojaban a ambos sus entrepiernas, pues después de tantas caricias y besos lentos que mutaban a frenéticos debido al calor que nacía en ambos, no se había percatado de lo que el agua hacía con sus prendas.

- Nhh... - lo sostuvo con fuerza para que no se alejara, ya sin pensar, había dejado atrás su mente para poder disfrutar de aquel momento.

Las falanges del moreno ahora se deslizaban por la espalda del otro en el momento de separar ambas bocas debido a la falta de aire - ahhh... - estaban rojos como tomate, con los labios hinchados sin saber por qué aún se miraban a centímetros sin decidirse a emitir sonido.

Sólo cruzando miradas mudas y una que otra caricia lejanas a las partes privadas de cada uno.

Los dedos caminaron en forma ascendente por la espalda contraria mientras sentía el aliento tibio resbalar por su rostro, cerró los ojos y permitió que aquella sensación lo invadiera, junto con su voz que parecía estar dentro de su cabeza. Llegó hasta el cuello del peligris y undió los dígitos en su cabellera larga, deshaciendo el agarre impuesto y que el cabello cubriera sus hombros - Mike.... - susurró con los ojos entreabiertos ahora acercándose peligrosamente para dar otro beso en esos labios ya preparados para acogerlo.

A punto de volver a comerse en ansias se detuvo y ambos se miraron como si hubiesen despertado, poniéndose completamente rojos y sin saber qué hacer, notoriamente nerviosos.

- Yo... etto.... - notó donde tenía la mano y que lo empujaba hacia él con el fin de acercarlo, pronto sus dedos reptaban por la arena húmeda y sonreía nerviosamente - creo... creo que necesito tomar un poco de refresco.... - le ayudó a levantarse para luego salir trotando hasta donde estaba la silla de playa, llevaba la bermudas húmeda ceñida a las piernas, a las nalgas.

Sacó de su cooler una botellita y la abrió, vaciándola entera en su boca para beber y así bajar su alta temperatura corporal.

Bebió todo el contenido de la botella y suspiró como por falta de aire, su lengua salió a recoger las últimas gotas de refresco que deambulaban por sus labios mientras sus dedos recorrían el borde de la camiseta y la levantaban por su cuerpo y así dejar el torso descubierto - no te vayas tan adentro! - gritó y sonrió lanzando sobre la silla de playa la prenda y avanzar tranquilo hasta la orilla y caminar en el agua hasta que ésta cubriera la mitad de su anatomía, así se dio un chapuzón y se perdió entre las olas.

Aquella experiencia había sido reconfortante, tal vez demasiado, qué dirían en el hospital si sabían que ellos dos se habían encontrado a solas en un lugar tan apartado y más aún si llegaba a saberse que se habían besado...

La cabeza reapareció entre las olas un tanto más alejada de lo que pensó, sin embargo, no tanto de lo que estaba el peligris, al verlo sonrió y dio unas cuantas brazadas hasta que se acercó a él - en qué piensas? - no debió preguntar aquello, obviamente ambos pensaban en lo mismo - je... hoy hace bastante calor... - nuevamente recordaba aquello - digo... te gusta el fibrosarcoma? has tenido pacientes con ese tipo de cáncer? - bien Yohann... al fin encontraste un tema neutro - sonrió para sus adentros.

Llevó una de sus manos hasta su propia nuca y allí comenzó a rascar un tanto nervioso, era cierto que él había perdido casi por completo la noción de lo que hacía. Inclinó un poco la cabeza cuando el otro le decía que no se repetiría y luego asintió enérgicamente, pues él pensaba igual - Concuerdo contigo... no es propio de dos personas racionales comportarse de aquella manera - pero... no puedo dejar de sentir aún sus labios... - sintió ganas de llevar sus dígitos hasta rozar su boca, sin embargo, el otro continuaba conversándole, no debía seguir pensando en ello, debía seguir como si no hubiese sucedido nada entre ellos, a pesar de que le había agradado.

Ya había alguien a quien debía su respeto y amor, no iba a ser infiel, no... no se comportaría como un patán.

Sonrió y luego su semblante cambió un poco más a serio cuando el otro contestaba a su comentario sobre los sarcomas - así es... lamentable lo que pasa con algunos de mis pequeños pacientes... - se recostó en el agua mirando el azul cielo mientras pensaba en voz alta - muchos de ellos han sido abandonados por sus familiares debido a sus afecciones... -

Comenzó a nadar lentamente - pero... estamos acá para pasarlo bien... supongo que por un día estará bien si no pienso en ellos, comienzo a ponerme un tanto aburrido de tanto hablar sobre mi trabajo - alzó la cabeza para mirarlo a los ojos - cierto Michael? -

Le lanzó una patada al agua con el fin de que ésta salpicara al peligris y terminara completamente empapado - JE! tienes que estar alertas.... - se puso a nadar hacia otro costado muerto de la risa.

Sonreía tratando de alejarse del otro mientras Michael le advertía que esta vez no se le escaparía, no obstante, una vez que se detuvo en su nado para poder ver la distancia a la que venía su colega no alcanzó ni a dar un respiro pues sintió un fuerte jalón y luego como lo empujaban con ahínco debajo de las aguas, aquello no le permitió ni reaccionar, todo fue tan rápido, fracciones de segundos y él sin estar en guardia ya se veía bajo el líquido.

Sin embargo, antes de que el cuerpo cercano se alejara lo suficiente lo alcanzó a coger desde la única prenda que llevaba puesta tirando de ésta - Ah! ya lo tengo - pensó con una enorme sonrisa, pues ahora sería su oportunidad de hacer lo mismo con el peligris, se vengaría por haberlo tratado de ahogar.

Salió de debajo del agua y.... - Q... qué.... se... supone... que... - alzó la mano, tenía la bermudas de Michael y del otro no se veía ni rastros. Pronto sus pálidas mejillas se tornaron rojas debido a las múltiples imágenes de su compañero... cómo estaría bajo el agua... cómo... saldría de ella.

Alzó una ceja con picardía y avanzó lentamente hacia un costado, para sumergirse bajo el agua y nadar tan rápido como le fue posible, no era tan malo en aquel medio por lo que pocos minutos de intensas brazadas bajo el agua lo habían llevado de regreso a la orilla, allí se levantó y caminó lentamente hasta que su cuerpo estuvo por completo a descubierto.

Mojado hasta la mollera y el sol bañándolo ofreciéndole la protección del viento que viajaba por aquellos pectorales y extremidades largas.

Deslizó su antebrazo por la frente y ojos con el fin de retirar las gotas de agua que quedaron resagadas y luego miró hacia el mar - MICHAEL? - agitó la prenda en el aire como si se tratara de un trofeo - MIRA LO QUE ENCONTRÉ!!! - soltó una carcajada, pero más le llamaba la atención pensar en que el otro pudiese aparecer desnudo de entre las aguas en cualquier momento, estaba a la espectativa.

Alzó un dedo mientras negaba con la cabeza - No no no no... eso no se hace... chico malo... - sonrió aún pareciendo un hombre molesto - no se trata de ahogar al médico, menos a uno tan carismático como yo - sus dientes relucieron a la hora en que giró su rostro con el fin de observar su anatomía, hermosamente tallada parecía, con manos de artistas del renacimiento por el equilibrio entre cabeza tronco y extremidades, más el cabello lacio y húmedo que caía por su espalda goteando aún el agua fría del mar.

Caminó como reprochándolo por su actuar - Sabes acaso el porcentaje de mortalidad por los jueguitos en el mar? - alzó una ceja sonriente y alzó así mismo la mano donde sostenía la prenda - tendrás que alcanzarla si deseas tenerla... - Una mueca que supo a picardía pura nuevamente surcó sus labios mientras lo observaba a pocos centímetros.

El otro tendría que quitar la mano de donde la había puesto de modo de poder coger aquella prenda que cubría tan bien su orgullo.

Miraba su rostro y cómo trataba de que con una mano tomar aquella prenda húmeda entre sus dedos, pero de tanto saltar se puso a reir y bajó de la nada la vista, notando... aquel movimiento de....

Escuchaba la voz del otro, pero no lograba dar con el significado que conllevaban aquella cadena de palabras unidas, sólo notaba su cuerpo meciéndose brillante ante el sol por la humedad que lo cubría perfectamente, carraspeó un poco y giró el rostro evidentemente rojo, ya se había olvidado de la bermuda y ni hizo el intento de quitársela una vez que el otro la alcanzara, sólo dio un par de pasos atrás sin quitarle la vista de encima.

No se perdería aquello ni por cien millones de dólares, finalmente el otro preguntaba si es que había visto algo, poniendo una pose un tanto extraña con el fin de colocarse nuevamente su vestimenta - No... yo... - miró hacia el cielo rojo aún de nervioso y calor - yo no vi nada.... nada.... - pensativo - sí... no.. digo, no... nada... -

Dio media vuelta y salió caminando tiesamente hasta la arena, pálido su cuerpo con la cara roja como si se tratara de una tetera hirviendo.