Disputa (libre)

Si aquel dia la suerte le favorecio "de mas" claro que unos pocos lo pudieron interpretar como una "trampa" cosa que aclaro de la forma mas factible.

Habia iniciado una trifulca entre varios hombres, su mejilla y labio habian pagado sus consecuencias una pequeña linea de sangre salia de aquellos lugares y dolia un poco no cabia duda que se adornaria por un moreton en poco tiempo.

Esperaba sentado en una camilla limpiandose con la manga del saco dudaba que necesitase de puntos pero no era medico o enfermero.

Tenia un golpe cerca del ojo que le molestaba y le causaba tenerlo entrecerrado.

-Si hubiese tenido mi arma seguramente esto no habria terminado asi.- murmuro para su mismo mientras se ponia de pie buscando un poco de gasas o algo de alcohol.

Había terminado la revisión rutinaria. No le agradaba demasiado que urgaran en su cuerpo de aquella forma, pero, a causa de su trabajo, creyó que era relativamente normal. Así que lo aceptó todo con un suspiro de resignación.
Cuando se vió libre, se dirigió hacia la salida con la cabeza un poco baja.
Al pasar frente a un cuarto, la puerta entreabierta le dejó ver a un hombre que parecía rebuscar en los cajones. Intrigado, se dirigió hacia allí y le observó durante un instante. ¿Qué buscaba? ¿Era un ladrón o algo así?
Muchos drogadictos aprovechaban sus estancias en la enfermería para conseguir drogas de ellas.
Frunciendo su ceño, se armó de valor y entró en la sala.

-¿Qué busca? No debería revolver esos cajones - le dijo intentando aparentar fiereza, cosa que obviamente, no conseguía.

Apenas se giro para ver de donde venia la voz despues al constatar que no era algun medico u enfermero y mucho menos alguien de la seguridad del Casino, despues continuo urgando en los cajones obteniendo las gasas que buscaba y depues ando unos pasos para tomar la botellita de alcohol de un estante cercano.

-¿Que buscas tu aqui? no pareces un guardia si lo eres muestrame tu placa...si no habla con mas temple para que por lo menos puedas impactarme con tu voz.- dijo mientras posaba la gasa ya mojada en alcohol en su labio.

Se sintió un poco ridículo. Tenía razón, no era nadie de seguridad, ni siquiera un enfermero para considerarse con derecho a llamarle la atención.
Sin decir nada, se dirigió hacia el estante de donde había cogido la botellita y miró la etiqueta.

-¿Alcohol?? - dijo en voz alta, casi sin darse cuenta y miró a su acompañante.

Se notaba que no era lo que esperaba encontrar. Entonces, se dió cuenta del aspecto de aquel hombre y se sintió aún más avergonzado.

- Perdón..., creo que prejuzgué demasiado rápido... - le dijo sin casi atreverse a mirarle. - Creí que buscaba drogas, para revenderlas en el mercado negro o algo así... A veces, hay gente que las roba de aquí.

Estaba claro que no era el caso. Aquel hombre mostraba su rostro magullado por alguna pelea.

-No, no soy un guarda de seguridad ni nada por el estilo, sólo un especialista en meter la pata...

Observó durante unos instantes los ojos verdes de aquel hombre, tan dominantes y profundos.

-¿Necesita ayuda? -le dijo acercándose a él - No soy enfermero, pero... Hubo una pelea por aquí cerca y parece que muchos quedaron heridos. No creo que haya ningún enfermero libre en estos momentos, si yo puedo serle de ayuda...

¿Tenía alma samaritana o qué?, pensó casi molesto. El trabajar como prostituto le estaba enviciando a ofrecer sus servicios a la gente, luego se quejaba si se aprovechaban de su buena fe, pero no podía evitarlo.

Le escocio un mucho debia de aceptar la carne estaba expuesta y la sangre no dejaba de fluir.

Estaba ligeramente enfadado claro y se cobraba con la persona que tenia delante de el, como aquel muchacho.

-Creeme se donde venden droga de buena calidad, no tendria que recurrir a una enfermeria como estas para echarme un puño de analgesicos a la boca.

Limpio un poco mas cuando tanteo su pomulo hinchado..lastimaba pero no mucho.

-Bien supongo que mi forma de hablar tampoco fue la correcta.- le observo un momento parecia ser amable, quizas el lo habia asustado por estar dentro y urgando.

Le señalo un estante en lo alto de una repisa.

-¿Podrias pasarme ese algodon? la gasa raspa y solo abre mas la herida.

La mirada de Emile se dirigió hacia donde señalaba aquel hombre.

-¡Claro! - contestó.

Se dirigió hacia el estante e intentó coger el algodón que había allí. Tuvo que ponerse de puntillas para conseguirlo, pero cuando lo tuvo en sus manos sonrió victorioso. Después cogió la botellita de alcohol y empapó el algodón en él.

-Déjeme a mí... - le dijo acercándose al hombre.

Ahora que parecía haberse tranquilizado algo, no le parecía tan amenazador como al principio.
Con cuidado, colocó el algodón empapado de alcohol sobre la herida, dando apenas un ligero roce con él, retirándolo inmediatamente para soplar sobre la herida, intentando refrescarla.

-Así no duele tanto, ¿verdad? - dijo repitiendo la operación, dejando esta vez el algodón un poco más de tiempo sobre la herida.

Alternaba los toques del algodón con suaves soplidos, intentando que la piel se acostumbrara poco a poco al escozor del alcohol.

-Conocí a alguien que siempre que me raspaba las rodillas me curaba así...- explicó.- Me gustaba que lo hiciera...

Le permitio que limpiase la herida despues de todo no tenia la perpectiva de frente como para mirar si lo estaba haciendo bien o no.

Inicio una tecnica de curacion similar a la que toda madre usaba cuando su hijo se heria eso le hizo soltar una leve sonrisa, pero no por ello el alcohol dejaba de arderle.

-No mucho, pero es profunda...¿ya dejo de sangrar?.- pregunto.

Lo observo con cuidado, por lo menos al final de aquello le daria unas gracias sinceras por su ayuda.

-En lo personal no me gustaba caerme o toparme como hoy con un puño ajeno pero confieso que se siente bien, el escozor es mas leve ahora..puedo saber que hacias por aqui y ¿cual es tu nombre?.

-No aún no... - dijo mirándola para continuar aplicando alcochol a la zona - Si que es profunda...

Hacia tiempo que no se sentía útil como se sentía curando aquella herida. Por unos instantes, casí parecía contento de poder ayudar en algo a alguien.

-Ahm... Me llamo Emile, trabajo de pros...

Se detuvo un instante y frunció su ceño. Le avergonzaba que aquel hombre supiera que trabajaba de prostituto, probablemente, él no tenía nada que ver con todo aquel mundo. Mordiendo su labio inferior, intentó idear una respuesta lo más rápido posible.

-Trabajo cerca de aquí - dijo simplemente - y vine a hacerme una revisión. Es bueno cuidar la salud.

Quitó el algodón de la herida durante unos instantes. Había dejado de sangrar.

-Ya está..., si ve que se le abre, quizás debiera esperar a que haya algún enfermero libre que le de unos puntos. - dijo sonriendo - Debe tener más cuidado la próxima vez para no caer sobre puños ajenos, señor...

Esperaba por lo menos conocer el nombre de aquel hombre. Mientras, repasó los otros rasguños que tenía, acariciándolos con el algodón. Tenía unos ojos cautivadores aquel hombre, y Emile, apenas podía apartar sus ojos de ellos, quedándose a veces con el algodón sin acabar de apoyarlo en la piel.

- Tiene un rostro muy hermoso - le dijo ligeramente avergonzado - no debería destrozarlo así.

-El hombre aquel pego con mucha fuerza, no pude esquivarlo era mejor aprovechar la cercania para lanzarle un puñetazo al higado, ja...el quedo peor.

Menciono como si aquello fuese un triunfo.

-Emile, mucho gusto agradezco la molestia que has tomado para curarme.- contesto mientras se percataba de que su frase habia sido cortada.

Bien era la primera vez que lo veia asi estaba bien si no queria explayarse lo suficiente.

-Asi que un chequeo y te topas con un extraño hombre como yo que parece un delincuente, mi nombre es Leonard no me llames de tu por favor.

Toco levemente la pìel de su labio para constatar que ya no sangraba.

Le observo directamente mientras paseaba el algodon mas que curando parecia estar acariciandole con el.

-Eras mas que yo por eso quedo un poco maltrecho, pero nada que no curen unos analgesicos y un unguento pero agradezco que halagues mi porte...tu eres muy gentil aunque debes a prender a tener un poco mas de temple su quieres empresionar a gente un tanto "barbara" como yo.

-¡Oh! Lo siento, no me dí cuenta, Leonard... - contestó con una sonrisa - Es la costumbre, suelo tratar de usted a mucha gente, les gusta sentirse superiores a uno.

Muchos clientes gustaban de hacerle sentir como un esclavo y, en esos casos, el tratarles como amos podía suavizar la situación. Sonrió ligeramente mientras escuchaba su consejo.

-Mucha gente me lo dice, parezco demasiado débil e indefenso. Pero no creas que no sé golpear duro si conviene... ¿Qué? ¿No te impresioné ni un poco? - le dijo mostrando su puño y se echó a reir - No creo que seas un "bárbaro" Leonard..., más bien pareces una persona amable y educada, aunque puede que algo "inquieta" - dijo mirando su rostro herido con el ceño fruncido.

Por lo menos, con él se había portado bien, ¿por qué debía temer a aquel hombre? Le había agradecido su ayuda y había bromeado ligeramente con él. No le parecía mal tipo.

-Muchos otros me habrían golpeado sólo por insinuar que eran ladrones. No creo que seas mala persona - le confesó.

-Bueno no tengo esa clase de manejo con las personas me agrada que me traten de tu, asi es mas facil la conversacion.

Ya solo sentia una punzadita en el labio aunque los golpes comenzaban a causarle incomodidad.

-Bueno en realidad llegue a pensar que estabas perdido o algo por el estilo...aunque puede que me sorprendiera un poco entraste sin aviso y diciendo esas cosas, pense la verdad que eras personal del casino.- le observo un tanto pensativo nadie se habia referido a el de aquella manera.- Asi que inquieto..bien supongo que el dia de hoy tuve mucha diversion romper caras de gente creida es divertido aunque la de uno quede un poco maltrecha.

Enmarco un poco el ceño ¿que no parecia malo? uhm tanto tiempo forjandose una imagen dura para acabar siendo bueno.

-No te abria golpeado, solo lo hago cuando me insultan o tratan de sobajarme pero nunca le pegaria con alevosia a alguien que es mas debil que yo.

Sus manos se crisparon un poco al oir aquella respuesta, y apretó el algodón en uno de los golpes sólo para llamar su atención.

-¿Quién dijo que yo soy más débil que tú? - le replicó con el ceño fruncido - No creas que soy una nena, aunque parezca débil, lidio cada día con personajes mucho más malvados que tú.

Vale, era una tontería. Lo que estaba diciendo era una mentira tan grande que podía notarse a kilómetros de distancia. No es que no supiera defenderse si hacía falta, pero, en una pelea contra alguien como Leonard, estaba claro quién sería el vencedor. Otra cosa era que su orgullo le impulsaba a hablar así...

-Aunque parezca un gatito, llevo un tigre dentro mío... -le dijo altivo.

Bien sabia que subestimar a la gente que parecia menos fuerte que el era un error hasta el mas pequeño de los seres podia dar una sorpresa y acabar con aquellos que se sentian superiores.

-Augh.- dijo cuando sintio que apretaban aquel algodon dolia en verdad asi que lo que hizo fue retirar de las manos del otro aquel utensilio de curacion.

Despues se puso de pie mirandole fijamente acercandose de forma temeraria hacia el.

-Te he subestimado tienes toda la razon, debia haber reaccionado de forma un poco mas "fuerte" cuando me sorprendiste despues de todo si eras una amenaza para mis intenciones de rebuscar sin permiso del doctor, excusame...

Casi tembló cuando le vió acercarse tan decidido. Sin embargo, permaneció mirando de frente a aquel hombre, con sus puños cerrados y mordiendo ligeramente sus labios. Tan sólo dió un ligero paso a atrás cuando casi le tuvo tocando con él.
"Te he subestimado tienes toda la razon, debia haber reaccionado de forma un poco mas "fuerte" cuando me sorprendiste despues de todo si eras una amenaza para mis intenciones de rebuscar sin permiso del doctor, excusame...". Emile abrió su boca sorprendido al oir aquellas palabras.

-Entonces, ¡es cierto que rebuscabas buscando algo! - malinterpretó el chico - He sido un iluso..., en el fondo, sólo sé que te llamas Leonard y, hasta eso podría ser mentira... ¿Quién me asegura que puedo fiarme de tí? Quizás fuera mejor que avisara a seguridad... - dijo, dispuesto a salir de aquella habitación para avisar a alguna autoridad. Ellos se encargarían de averiguar la verdad de todo aquello.

Al parecer su apariencia intimidaba a aquel joven cosa que no era su intencion y por lo que decia a sus ojos se miraba como cualquier delincuente menor que lo unico que busca es fastidiar al projimo.

Rodo sus ojos cuando escucho ese grito, le paso de lado buscando ahora una de esas banditas que se utilizaban para sellar heridas profundas pero que no necesitaban costura.

-Cuando estes frente a los de seguridad diles que es Leonard Tachibana al que acusas y que necesita a un medico "mas o menos pasable" para que atienda unas heridas, ahh y no te olvides decirles que tiene que pasar a la comisaria para rivalidar sus licencias de seguridad privada, no es mi division pero se que los andaban requiriendo.

Emile frenó en seco cuando oyó aquellas palabras. ¿Su división...?
Suspirando, se giro de nuevo hacia él, mirándolo más calmado.

-No me digas... Eres policia, ¿verdad? - dijo avergonzado - Soy un estúpido..., siempre tengo miedo de pasarme de confiado y creo que me paso de desconfiado...

Rascó su cabeza ligeramente. Quizás esa era la razón por la que la mirada de aquel hombre le intimidaba. Un policía se supone que debe de ser alguien de presencia fuerte e intimidante, ¿no?

-Oye..., perdona... ¿Podemos comenzar de nuevo? Creo que he dicho demasiadas tonterías...

Y cogió aire antes de dirigirse a él, extendiendo su mano a forma de saludo.

-Hola, soy Emile D' Armant, estudio bellas artes. Encantado de conocerte...

Se paro frete a un pequeño espejo que la enfermeria tenia y con cuidado dejo el pequeño curita en la herida rojiza de su labio, quedaria marca pero procuraria que fuese minima.

-Soy policia pero ya te dije que no te preocupes estas en tu derecho de imaginar lo que desees despues de todo soy un desconocido, es bueno ser desconfiado ademas en este lugar de juego y dinero..muchos cargan armas "blancas" se debe tener cuidado.

Finalmente se giro para escuchar aquella presentacion, tenia un mejor aspecto pero los moretones comenzaban a notarse en su cara.

Su mano se estiro para estrechar la de Emile, contestando el saludo.

-Mucho gusto, Emilie soy Leonard Tachibana y si soy policia..mucho gusto en conocerte.- era raro ver a un estudiante por el casino.

Sonrió complacido cuando vió que le devolvía el saludo. Lamentaba profundamente haberse equivocado con aquel hombre, parecía alguien amable y educado, muy diferente de la gente con la que estaba acostumbrado a tratar Emile.
Su otra mano subió hasta uno de sus moratones sin llegar a tocarlo.

-Te quedará una fea marca durante un tiempo - dijo, y su voz sonó un tanto apenada - Es una lástima...

Y entonces, pareció recordar algo. Nervioso, miró al policía.

-Leonard, ¿podrías esperarme un instante aquí? - le preguntó elevando una de sus manos como si quisiera detener sus movimientos - Creo que tengo algo que puede ayudarte...

Y sin decir nada más, salió corriendo de la habitación.



Tardó apenas unos minutos, y cuando regresó, su rostro mostraba el acaloramiento de haber llegado corriendo. Jadeante, sonrió hacia Leonard, complacido de que hubiera esperado aquellos instantes por él.
Acercandose a él, extrajo de uno de sus bolsillos un potecito con un ungüento. Despacio, lo abrió frente a él, y con mucho cuidado lo aplicó sobre los moratones de su rostro.

-Con esto desaparecerán pronto, ya verás... - le dijo sonriente - Es muy eficaz, va muy bien cuando los cli...

De nuevo se detuvo y frunció el ceño. Sin embargo, esta vez, sonrió ligeramente apenado, bajando su rostro.

-Cuando los clientes nos golpean... - terminó de decir, y alzó su rostro para mirar los ojos de Leonard. - Soy prostituto. - confesó finalmente - Perdona que no te lo dijera antes, pero..., cuando la gente sabe a lo que me dedico, suele pensar que puede abusar de mí siempre que quiera...

Una sonrisa volvió a aparecer en su rostro mientras acariciaba sus heridas suavemente para no dañarle.

-Pero, creo que no me importaría que tú abusaras de mí...

Y dirigió sus labios a los de él, rozándolos suavemente, sin atreverse a besarlos. ¿Y si él no le agradaba a aquel hombre? Apenas habían cruzado unas palabras y nunca había intentado propasarse con él...

Se estiro un poco notando como los musculos de su cuerpo llegaban a doler, le habian dado demasiado duro pero dudaba que el dolor le durase mas de dos dias. Su comportamiento era acorde a la situacion debia ser agradecido con aquel que le prestaba aquella ayuda.

-Sanara no es la primera vez que me golpean el rostro.

Tan solo asintio hacia el chico al parecer habia recordado algo importante, le miro salir aprisa de la habitacion y se preguntaba que pasaria.

Cuando llego el estaba casi presto a irse mas lo que traia en las manos le intrigo.

Le unto algo en la cara al parecer algun desinflamante.

La profesion del chico no le sorprendio al contrario en su mismo mundo, en el que se desemvolvia se contraba con muchos como el, aunque poco queria enterarse de las razones que tenian para dedicarse a aquello.

-No abusare de ti, mas agradezco el que me lo hayas dicho no tenias porque, supongo que te di un poco de confianza pero..aun no me conoces del todo.- sabia su pasado y como podia comportarse, no era un buen hombre pero no tenia motivos para lastimar al chico delante de el.

Resintio un poco el frio de aquel unguento para despues escuchar las palabras de Emile.

Al parecer despertaba una cierta atraccion en el pelinegro, sus labios se adelantaron levemente para besar aquella boca de forma delicada y sin profundizar.

-Si quiero hacerlo ya se donde encontrarte...no deberias insitar asi a un hombre, no cuando eres asi de atractivo a sus ojos.

Sintió como correspondía a su beso, de una forma más dulce que la que esperaba. Todo su cuerpo se estremeció en aquel beso, que hubiera deseado alargar durante mucho más tiempo, perdiendose en la delicadeza de sus labios.
Cuando se separó de ellos, sonrió ligeramente.

-¿En serio te resulto atractivo? - le preguntó algo divertido.- Había llegado a pensar que sólo sentías agradecimiento hacia mí. No debes preocuparte, incitar a otros, es mi trabajo. Y, tienes razón, aún no te conozco, pero, creeme, nunca se llega a conocer a otra persona, por muchos años que pasen.

Sonrió de nuevo y rodeó su cuello con sus manos.

-Me encantaría que pasases un día por allí - le dijo - Si lo haces, no dudes en preguntar por mí... - dijo guiñandole un ojo.

A veces podia ser un hombre delicado si se lo proponia.

-Nunca suelo arrepentirme de mis palabras..- le contesto mientras le miraba, el unguento aquel comenzaba a calentarse levemente.- Tus razonamientos en cuanto a que me atraigas o no son divertidos no creo que no haya hombre o mujer al que no llames la atencion es solo que te subestimas el ser un prostituto no es nada "sucio" por alguna razon te dedicas a ello creeme siendo yo policia puedo ser aun mas despreciable de lo que tu pienses que puedes ser.

Asi cerca el calorcito de aquel cuerpo le hacia olvidar el dolor de los golpes.

-Preguntare por Emile tenlo por seguro...¿llevas mucho trabajando ahi?.

El chico negó con la cabeza.

-No, no mucho. Supongo que aún no acabo de acostumbrarme del todo a la idea... Sé que no es nada sucio, o intento convencerme de ello cada día... Me digo que es la forma más rápida y honrada de conseguir dinero, pero, a veces pienso que la gente me infravalora por ello.

Sonrió mirandole de nuevo.

-Tú no lo has hecho, puede que por eso me agrades; o puede que me guste esa rudeza que escondes... No soy de piedra, ¿sabes? Disfruto tanto como otro cualquiera de mi trabajo, pero siempre es mejor si ambas partes se atraen, ¿no crees?

Sus labios se acercaron a los del hombre, rozándolos suavemente y sus dedos se introdujeron en su cabello, jugando con él.

-Si yo necesitara dinero facil seria a lo primero que recurriria, mi cuerpo es mio de nadie mas..lo que la gente piense de mi, me tendria sin cuidado..las malas lenguas no me dan de comer ni pagan la renta...se que no siempre se disfruta quizas ese seria el lado malo de la profesion a la que te dedicas.

Lo cierto es que haria aquello alguna vez pero como simple travesura, pero hablaba enserio en las palabras que plasmaba.

-Yo tampoco soy de piedra pero los golpes atontan mi libido.- sus manos apretaron la delicada cintura...que sujetaba, siendo fiel a su instinto de "depredador" busco un poco esa boca...para apenas rozarla incitando la del otro que tambien estaba cercana.- De ser tu tendria cuidado...no soy lo que aparento.

Definitivamente, le gustaba aquel hombre. No era de aquellos que tenían el ego demasiado inflado y creían que todo giraba a su alrededor. Y, además, había comprendido perfectamente las razones de Emile.
Y, ¿qué decir de su cuerpo? Bajo aquellas ropas, se intuía un cuerpo trabajado y bien formado, dominante y fuerte.

-No me importa cómo crees que eres..., ni lo que aparentas... - le dijo sintiendo cómo él también buscaba su boca, tentándole - No deberías incitar así a un hombre... - le dijo, repitiendo sus palabras - No, cuando eres así de deseable a sus ojos...

Y besó sus labios con delicadeza, procurando no hacerle daño en las heridas y los golpes que mostraba. Su lengua se introdujo ligeramente en su boca y cerró sus ojos mientras se dejaba envolver de su fuerte aroma. Sentía un escalofrío en todo su cuerpo, comenzando a desear a aquel hombre.

-Tendremos que hacer algo para despertar tu líbido - le dijo casi en un susurro - No podemos dejar que esté dormida demasiado tiempo. ¿Tú qué sugieres? ¿Qué crees que podría despertarla?

Se extrañaba de tener aquella actitud, casi nunca se portaba de forma "recta" seria que los golpes le habian afectado de mas...quizas.

Le observo mas fijamente ante las palabras que le otorgaba, si entonces no importaba...para que seguir poniendose un freno.

-No uses nunca mis palabras contra mi...porque son eso...solo palabras.

Lo dicho habia sido justo, ecuanime para despues tener aquel beso que embargaba su boca un tanto maltrecha, que le hacia menguar el ardor de los golpes, la aterciopelada lengua de Emile profano el interior de su boca con un poco de ansia, la suya misma abarco parte del interior de la del chico...probandole.

-Aun no lo se pero creo que podrias ayudarme en ello...aca el -experto- en seducir e incitar no soy yo...pero aprendo a pasos agigantados.