· Stefano Di Battista ·

~ Nombre: Stefano Di Battista.

~ Edad: 20.

~ Trabajo del día: Estudiante de música. Y también trabaja en una cafetería

~ Trabajo de la noche: Camarero en el bar "El pecado" {si se puede, claro}.

~ Perfil psicológico: Es una persona madura, responsable y muy centrada. Los golpes que le ha dado la vida, y las personas que le han fallado, forjaron un carácter crudo y frío. Sostiene que uno no debe confiar en nada ni en nadie, sólo en los propios instintos.
Es orgulloso y muy terco. Jamás aceptaría ayuda de nadie, ni mucho menos la pediría; cree que puede con todo solo, que nada malo podría sucederle.
Con el correr del tiempo su vida pasó a segundo plano; ahora lo único que le intersa son son sus hermanos, y por eso considera que debe ser fuerte para ellos. Aunque en su interior todo esté desmoronándose, siempre muestra una perfecta máscara de serenidad. Es muy pacífico... hasta que alguien se mete con éstos. Puede llegar a perder completamente los estribos si lastiman a los únicos seres que ama.

~ Aspecto físico: Bastante alto (1.77); de una contextura física envidiable: espalda ancha, y cintura angosta; con bastante musculatura, aunque nada muy exagerado. De tez extremadamente pálida, prácticamente traslúsida, y de aspecto muy frágil, súper suave al tacto. Su cabello es color castaño claro, largo hasta los hombros; siempre lleva un 'despeinado casual'. Sus ojos son grandes, de color rojizo. De mirada penetrante y sumamente intimidante.

~ Gustos: Los días soleados, los libros, la buena música, el té de manzanilla, el mar.

~ Sexualidad: Bisexual.

~ Seme-uke-suke: Suke.

~ Historia: Nacido en el seno de una familia muy humilde y problemática. Es el mayor de 9 hermanos, todos de edades bastante cercanas, aunque la mente de Stefano siempre estuvo a años luz de distancia de la de los demás.
Sus padres, Adriano y Maddalena, jamás trabajaron, sólo se abastecían con limosnas que conseguían, y de vez en cuando salían a robar. Stefano, desde muy temprana edad, se mostró reacio a aquél comportamiento; estudiaba en un colegio público, y además trabajaba de lo que podía, para llevarle a algún sustento a su familia. Lamentablemente, lo poco que conseguía, su padre se lo quitaba a la fuerza para poder comprar droga, a la que era adicto desde adolescente.
El hombre generalmente perdía el control cuando estaba bajo el efecto de la cocaína y el alcohol, y llegaba a golpear duramente a los niños, principalmente al más grande, e incluso su esposa de vez en cuando tenía algún hematoma.

A los 16 años, harto de la vida que llevaba, Stefano se fue de su casa, y compró un pequeño lugar donde instalarse. Carecía de muchas cosas, pero era bastante mejor que ese infierno que antes habitaba. Cuando ya se hubo establecido, fue en búsqueda de sus ocho hermanos y Maddalena, que para ese entonces ya estaba muy enferma.
Santino, el que le seguía en edad al muchacho, comenzó a trabajar también, y juntos alimentaban y cuidaban de los demás como podían. Dieron todo de sí para salvar a su madre, pero el tratamiento que debía hacerse era demasiado costoso, y la anciana falleció unos meses después.

Una época de decadencia y guerra lo destruyó casi todo. Corrió mucha sangre y lágrimas, pero los Di Battista, o gran parte de ellos, lograron sobreponerse y salir adelante de la mejor manera posible. Ahora que todos son títeres de gente mafiosa y poderosa, Stefano debe proteger a su familia más que nunca.