medio muerto

una risa fria recorrió su boca mientras que el sabor de la sangre le jugaba una mala pasada con el metalico y placentero vaiven de su boca, el cuerpo de nergal se encontraba tirado entre algunos callejones ocultos, nadie, ni mythos sabria donde estaba, no le gustaba que lo vieran asi. se habia librado de tres tipos que querian matarle.

su risa se convirtió en algo parecido a una maldición que caía silenciosa y en ecos sobre la ciudad, se veía patetico pero no podía evitar parecerlo por primera vez en su vida, colocó un papel ensangrentado sobre su rostro, escupiendo algo más de sangre en su boca para expulsar el sabor que lo atormentaba, hsta que finalmente observó sus heridas, una herida en el costado producida por el cristal de una botella y un brazo inmovilizado por una bala que se suponia tenia que matarle.

sacó un pitillo y lo colocó en sus labios, cuando sacó el encendedor cerró finalmente los ojos para encenderlo, tras varios intentos nulos, por fín pudo encenderlo, guardó el encendedor que cayó con un sordo ruido metalico de nuevo en el suelo, con el cigarrillo que tenia en su boca hizo tal vez varias señales de humo invisibles hasta sacarlo de su boca y quitarse la camisa, habia visto hacerlo a mitos muchas veces, una sonrisa sadica recorrio sus labios cuando tiró e cigarillo y sujetó su navaja, recuperando de nuevo el encendedor empezo a quemar el hierro de la navaja para desinfectarlo y lo colocó sobre la herida undiendola, mordió su chaqueta, la llenaba de sangre con cada ruido que hacia, hasta que iba clavando su navaja en su brazo sacando tras varios intentos la bala habiendo ahondado tambien la herida y la sangre que caia

- mythos lo haria mejor.. -

susurró cuando se colocó la chaqueta nuevamente, de forma torpe, riendose de nuevo como si no hubiera pasado nada

- ahora si..me vendria bien una copa -

Aún no estaba seguro del motivo que lo había llevado a los callejones, pero de algo estaba seguro, no había sido por casualidad. Recorrió el lugar mirando a todos lados con indiferencia, no había nada que pudiera valer la pena en aquel sitio. Rastros de sangre le indicaron que allí había habido una trifulca y si su intiución no le fallaba... Nergal estaba metido en ello.

Suspiró quedamente y buscó el lugar más oculto que hubiera, si estaba herido allí lo encontraría. Tras unos cuantos intentos fallidos, logró encontrar el lugar donde se encontraba el moreno. Se acercó hasta él y con uno de sus pañuelos taponó la herida del brazo para que dejara de sangrar.

Si no recuerdo mal tu marido trabaja en un hospital, ¿no hubiera sido mejor acudir a él?

Le sonrió mientras revisaba sus bolsillos en busca de una petaca con algo de alcohol. Tal vez no podía curarle, pero sí podía darle algo que le aliviara. Le ofreció la petaca antes de sentarse a su lado, sobre unos cartones para no llenarse de sangre.

¿Puedo saber que ha pasado, Nergal? No me gustaría que mi jefe creyera que he sido yo.

- rupert..-

era lo primero que conseguía decir, aquel maldito abogado siempre le encontraba y era algo que siempre habia odiado con el, ademas de que era el compañero de su marido y un buen abogado, siempre lo habia sido, esos eran sus pensamientos hasta que sonrió mirando al cielo, estaba oculto por las nubes y los rascacielos, con suerte la sangre acallaria con las lagrimas de esas nubes y todo habria acabado

- supongo que no deseo preocuparle. ha ya estado bastante preocupado por el trabajo en el que estoy.. -

un suspiro de dolor acudió a su boca, tragandoselo como siempre hacia al igual que el sabor metalico de la sangre, como disfrutando aquel color rojo que le teñia, colocando su mano sobre la del pañuelo con violencia, susurrando

- ya te lo habra dicho. necesito vacaciones -

se reía levemente en el momento que la petaca hacia su aparición, sus ojos observaron serios los de rupert. luego, colocaba una mano en su menton cerrando los ojos, notando luego que su cuerpo empezaba a recobrar el color a pesar de la palidez que lo teñia

- me intentaron asesinar y los asesine yo -

era un corto resumen de aquello que habia ocurrido, finalmente abrio la petaca bebiendo un trago corto para devolversela

Sí, me ha dicho que necesitas vacaciones y pienso lo mismo. Anda, déjame llevarte a casa para curarte en condiciones.

Se guardó de nuevo la petaca mientras se ponía en pie, tendiéndole la mano para ayudarle a incorporarse. Ya tendría tiempo de llamar por teléfono para que le prepararan todo lo necesario para una cura de urgencia. No quería que Mythos se preocupara más de lo que ya estaba. Aunque si veía el estado del moreno era capaz de castrarlo por no avisarle.

Eso sí, no te aseguro que vaya a mantenerme callado. No me gustaría ver al jefe enfadado.

Le sonrió, ayudándole a incorporarse y sacando el móvil mientras le sujetaba por la cintura y le hacía pasar un brazo por sus cuello. Llamó a uno de sus coches y después ordenó que tuviesen lista una habitación de invitados y el material necesario para hacer unas curas de gravedad y, si podía ser, que estuviera allí algún médico que no fuera Mythos Arcadia.

- el pelinegro Nergal sonrió colocando el brazo del hombro del conductor diciendole unas palabras al oido, finalmente el asentia y cambiaba de direccion hacia una farmacia que parecia tener aspecto mas de vendedores de droga que de cualquier farmacia cualquiera -

he tenido heridas peores rupert. no necesito cuidados

- sonrió de forma debil colocandose su chaqueta de forma que sus heridas fueran camufladas mientras salia del coche manteniendo la postura como si nunca hubiera sido herido, entrando en el edificio y saliendo con vendas y algunos desinfectantes, los dejó en el coche con brusquedad y colocó un nuevo cigarrillo en su boca quitando su chaqueta y su camisa cubiertas de sangre a una papelera cercana cerrando finalmente la puerta, la anatomia de nergal impecable se encontraba manchada por sangre seca y un poco de sangre nueva mientras iba preparando los desinfectantes -

soy como una puta hierba mala, por mucho que me quemen siempre creceré mas alta que nunca

Eso es seguro. Pero, por una vez, no quieras hacerte el fuerte y déjame curarte.

Le quitó el desinfectante y sacó el botiquín que siempre llevaba en el coche. Cogió una gasa y comenzó a desinfectar la herida del abdomen. Limpió toda la sangre que tenía en el pecho y vendó la herida como mejor supo. Tampoco es que fuera un experto, lo suyo no era la medicina. Pasó después a la herida del brazo, esa necesitaría puntos, pero no tenía ni el material ni la habilidad necesarias para hacerlo.

Para ésta es mejor que lo haga un médico, necesita unos cuantos puntos.

Vendó la herida tras desinfectarla y limpiar la sangre. El médico que había pedido que acudiera a la casa se encargaría de darle los puntos. No sabía porque no quería que Mythos le atendiera, pero algún motivo tenía que haber para que eso pasara.

- e sus labios el olor a tabaco mentolado era suficiente como para saberse que habia estado fumando hace poco, solo tenia de vestimenta sus pantalones y una corbata atada al cuello, colocó sus manos alrededor de esta y la aflojó, dirigió luego la mirada a rupert, y luego hacia sus vendajes, aunque el hombre siempre habia dicho que lo suyo no era la medicina habia hecho un buen trabajo, colocó en sus labios el dedo indice, lo saboreo, lo acaricio con la lengua y finalmente detuvo el coche en la mansión, dirigió su mirada hacia rupert murmurando -

no me hago el fuerte. soy el mas debil de todos vosotros por eso tengo que sobrevivir

- sus palabras eran firmes, colocó su mejilla en el ventanal cerrando los ojos, la perdida de sangre le habia afectado pero no lo suficiente como para dejar que lo vieran invalido o debil, su rostro en esos momentos semejaba tranquilidad como si no le molestara en lo más minimo lo que habia pasado, y solo escuchase el sonido de un piano en do mayor -

Nergal, ¿puedo saber donde me has visto a mí la fuerza? Llevo una pistola porque no sé defenderme de otro modo y aún así no soy fuerte.

Lo obligó a mirarle para que no se desanimara. Suspiró y dio orden de que pusieran en marcha el coche, esa noche se quedaba en su casa no en la mansión.

Hoy te vienes a casa, estás demasiado pálido y no es bueno que te vean así.

El trayecto sería algo más largo pero era lo mejor en ese momento, tenía que lograr que ese cabezota mantuviera la imagen que se había creado, pues si no lo hacía tendría serios problemas.

- sus ojos negros observaron a rupert, el cabello caia por sus mejillas como viles hebras que competian con la palidez de su rostro, mientras una sonrisa aun se creaba en su boca acariciando una hebra de rupert susurrando -

la pistola no es lo que te da "fuerza" es quien la empuña, porque por si misma solo es acero y polvora

-colocó sus manos en su cabello sujetandolo con una goma, dirigió su mirada hacia los arboles, no queria que le vieran tan palido, sus ojos no se podian centrar en un punto fijo y solo permanecian callados observando los arboles, la vida que permanecia oculta entre las luces y sobre todo la majestuosidad del casino arcadia-

no soy bueno con las palabras. asi que te agradezco lo que hs hecho por mi

No me lo agradezcas tanto, si por mi fuera ya habría llamado a Mythos, pero es algo que debes hacer tú no yo.

Suspiró ante lo dicho de la fuerza, pero él no era fuerte, sólo lo era en los juzgados. El coche atravesó una verja que daba acceso a una casa de dos pisos en la que vivía el abogado, a esa hora no quedaría nadie pues sus empleados se marchaban temprano a casa.

Supongo que habrán dejado la habitación de invitados lista para tu llegada. ¿Lo llamarás o no lo harás?

Esperaba que entrase en razón y llamase al albino, pues al final había desechado al médico no dejaría que nadie más que su jefe tocase a Nergal. Si él no era capaz de llamarle, nada podría hacer por él. Simplemente dejarle dormir y esperar que la herida del brazo no se agravase más de lo que ya estaba.

a veces creo que deberia ver lo que hay entre tu y mi esposo..pero veo que le cuidas y eso me tranquiliza

-murmuraba sacando el movil, marcó el numero de mythos al instante, cerró los ojos sintiendo el mareo que se acercaba, lo desechó con debilidad abriendo los ojos, sabia que en esos momentos le cogeria el movil, cuando se lo cogió murmuro-

my-chan..estoy herido. rupert me ha llevado a su casa..podrias mirarme las heridas? o al menos traerme algo de..no se..chocolatito?

- su voz cambio al instante de dura a suave y dulce, ocultando con sus cabellos como sus ojos se cerraban y se tranquilizaban al oir la respiracion del albino, cerrando finalmente los ojos para dejar caer el movil en sus rodillas tosiendo. colocó un pañuelo en su boca, dejando que sus respiraciones se calmaran y volviera a colocarse al telefono murmurando -

te amo..

-colgó el movil y su rostro volvió a la dureza de antes no muy visible por su palidez, cerrando los ojos mientras sacaba un nuevo cigarrillo-

Entre Mythos y yo sólo hay una buena relación de amistad. Nada de lo que tengas que preocuparte.

Lo sacó del coche sin que el conductor lo ayudase y se encaminó a la casa sujetándolo por la cintura para que no cayera al suelo.

Esperaremos dentro a que Mythos venga. Estarás más cómodo recostado en una cama.

Entró dentro de la casa, la cual estaba completamente vacía. Esperaba que el albino no tardase en llegar, aunque mantendría al moreno en esa casa costase lo que costase.

Mientras esperamos puedes preguntarme todo lo que quieras, así dejas de tener ideas raras sobre él y yo.

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Fin de Escena (abre tema en residencias ^_~)