inauguracion

- sendos cohetes y fuegos artificales anunciaban la semana mas esperada de toda la ciudad la semana de la feria, numerosas casetas de todos los tipos hacian las delicias de los huespedes, tambien era una fuente buena de ingresos por lo que era de esperar que este año la recaudación fuera superior que la del año pasado por como habian hecho la feria, una cascada era la atraccion principal, una noria acuatica, eso era lo que habian estado creando con tanto ahinco, varias casetas de comida, de medicina, de prostitucion, de musica, de baile. notaba a la gente agolparse en la caseta de conciertos, donde un grupo famoso estaba tocando su musica, el ruido de las muchas atracciones y de las casetas ensordecia e hipnotizaban a quien pasara, haciendo que 1 semana fueran unos pcos dias para disfrtuar de la feria -

iré a la caseta de vinos

- el pelinegro murmuro la orden de que disfrutasen sus hombren aun estos sin querer moverse por si sufria atentado alguno, así que finalmente los hechó y se fué a una caseta donde tenia la mejor mesa guardada, el vino agudizaba sus sentidos, pidiendo el que siempre pedia, un vino tinto rojo como la sangre, algo que le exitaba, dios...estaba tan caliente en esos momentos al saborear el vino que tuvo que controlar sus ganas de reir -

-" Si desea más sólo avíseme Señor Nergal "- Murmura tras su espalda el albino hombre. Zen no es muy visto fuera del prostibulo o del hospital, sin embargo la paga era muy buena si permanecía durante la semana en aquella famosa feria. Su bolsillo peligraba un poco, necesitaba de aquel dinero.

Y Allí estaba, con su característica prenda que tanto se empeñaban en colocarle. Una ropa ajustada que frotaba su intimidad por cada paso que daba. Por suerte conocía su propio cuerpo, y sólo se excitaba si así realmente lo quería.

Sobre aquel short de cuero oscuro, una kasaca china se muestra pegada a su fórnido torso. En sus manos una botella del mejor vino de aquella caseta, por supuesto, estaba allí sirviendo vinos a los que ingresaban. Pero para su suerte (O debería decir mala suerte?) le había tocado atender al dueño de Arcadía.

Mi suerte está echada ¿verdad? Se recrimina mentalmente, lo que menos querría era cruzarse con este hombre. Por su peculiar fama a decir verdad.

- su sonrisa se tranquilizó atendiendo a su mente con los indices, acariciando el borde cristalino de la copa para que un dulce sonido apareciera, un sonido a veces impactado por la musica que habia en el lugar, observó a zen, quien le atendería observó al chico de arriba abajo, con su rostro ahora serio, esta vez sabía que el chico era un abuena inversión y que como aseguraban, no solo la paga seria buena sino que depende de la popularidad del chico se llevaria mas o menos -

zen..que vino es el que traes

-murmuraba colocando las manos en su corbata, la habia aflojado cosa que le permitia respirar a pesar de poder verse su cuello, observó luego al hombre con una sonrisa en sus labios, sus ojos directos a los de él, sus dedos en su menton y una sonrisa suave impecable en su rostro-

espero que sea de la viña y del año requeridos para este paladar

- su voz era suave y lenta, cosa que al oir no se podia saber si era su voz normal o si le gustaba jugar con la gente, ya que su tono podia denotar enojo, ironia o simple placer del sabor del vino-

Su mirada parece neutral en cuanto el dueño le inspecciona. No le importa mucho, no sería el primero ni el ultimo en hacer aquello. Por lo general se fijaban en lo cuan dotado que estaba, eso sí que le incomodaba. Sin embargo a este punto estaba bastante acostumbrado. Y no era extraño de que fuera uno de los populares, pero por que era uno de los más 'difíciles' de conseguir.

Ante su pregunta Zen gira la botella y le enseña como es costumbre en los restaurantes.

-" Viña y año que usted requiere señor, no dude en que le vayan a dar otro que no sea el mismo"- Comenta, sumisamente antes de volver a enderezarse. Sus ojos se cierran un instante cuando uno de los tantos clientes pasa por detrás suyo a tocar 'disimuladamente' su entrepierna. Sucio cerdo... Pensamientos como esos cruzaban todo el tiempo por su mente. ¿Qué podía ser más asqueroso que los hombres que pasaban por allí?
Aun así, aunque le tocasen, Zen no reaccionaba ni daba señas de que le agradase o no. Además estaba sirviendo al dueño del lugar... No podía distraerse con 'alimañas' como ese.

-" Si quiere acompañar el vino con algún bocado... puede decirme y lo conseguiré para usted "- Oh, indiferencia, eso era lo que mataba a los clientes pues su deseo parecía crecer en cuanto más le ignorase. Bueno, eso servía luego para obtener más dinero para su causa.

- su mirada iba siendo dirigida a varios puntos, a zen, cuya cara de indiferencia se podía notar y a la descarada mano y vista de alguno de los clientes, interrumpiendo las palabras de zen dió un golpe en la mesa levantandose, su voz tronó indiferencia y frialdad cuando habló a todos -

sugiero que calmen sus ansias este joven es mio y esta conmigo. aquel que se atreva tan siquiera a mirarlo sufrirá una bala en el puto culo. asi que sugieron que calmen lo que tienen entre las piernas si no quieren perderlo

- se sentó finalmente, haciendo un ademan en la silla de en frente para que se sentara, aunque antes hizo una señal al jefe que se encagraba de esa caseta -

dale una ropa mas comoda, me gustaria hablar con el de forma mas comoda

- colocó friamente sus manos en su boca ocultandola observando el respeto que imponia su mirada y su palabra, notando que la mirada de aquellos que iban a soñar o a tocar a zen se marchaba a otro lugar bastante asustados -

Lo sentía, pero su temple seria se rompió en cuanto el mayor se levanta y exclama de tal forma aquellas palabras. Es extraño, demaciado. ¿Acababa de decir que era suyo?¿Y lo defendía? ¿Qué demonios? Zen se siente algo aturdido, pero mantiene su temple seria a la par de que observa de reojo como los clientes que revoloteaban cerca suyo se retiraban del sitio.

Bueno, no podía ser tan malo... ¿O sí?

En cierto instante nota la seña del dueño, pero se detiene al notar aquella petición a cargo de uno de los hombres de allí. Ok, esto se pasaba de algo normal.

Acabó por abandonar la caseta unos pocos minutos para regresar con un pantalón largo y holgado de un color blanco, al igual que una camiseta común de mangas largas. Ropa cómoda sin duda alguna. Aunque todo lo que se pusiera llamaba la atención, sólo que esta vez procuró sujetar su cabello para sentirse más a meno.

-" Señor ..."- Se inclina como saludo formal y espera una seña por su parte para tomar asiento frente suyo. -" Disculpeme, pero no creo que haya sido necesario aquel gesto que ha hecho. No me malentienda, pero necesito el dinero que daran aquí, y como sabe, éste proviene de cada cliente que se acueste conmigo... "- Hay cierto tono disconforme en su voz, pero se mantiene tranquilo, después de todo no puede negarse a lo que el otro quiera. Sea una simple charla u otra cosa.

-tranquilo colocaba sus manos enredadas, apoyadas en la mesa de madera observaba los ojos de zem, para sonreir de medio labio-

no le han explicado los incentivos verdad? cada hora que trabaje aqui se consigue dinero, y el que le den los clientes es suyo, veo que usted desea el dinero o mas bien lo necesita

-su sonrisa desapareció tan rapido finalmente colocó su derecha en respaldo de la silla mostrando su pecho al tener la camisa semiabierta, dirigia sus ojos hacia el vino para que con la mano libre cogiera la botella y la destapara, el olor a vino le inundó los sentidos y cerró los ojos, recordó que a mythos le gustaba un vino en especial, ese era el suyo preferido tambien, olía el vino, dulce, agrio pero colorido en rojo-

en mi charla, cuando un cliente te requiera, tiene que pagar por tu presencia, por lo que, ahora, en mi presencia estas ganando igualmente dinero..espero haberselo aclarado caballero

-hechó en una copa el contenido de la botella, solo un poco para volver a olerlo, dirigir su mirada ausente al colorido vino, hasta que el espectaculo de la caseta del vino empezaba, dando a mostrar como se preparaba un cino de la mejor calidad, se veia a unos jovenes expertos golpeando con pesados palos unos barriles con uvas-