De modelo. [ PVDO ]

El día era brillante, el sol iluminaba el horizonte con fuerza, el viento zarandeaba las copas de los árboles en señal de que el invierno se acercaba y no queda mucho para que el verano se acabara.

El joven de cabellera castaña se encaminó por las calles. Se remangó su camisa para poder visualizar mejor el reloj que tenía en la muñeca, ya era tarde, se sobresaltó y aceleró el paso como pudo.
Por el camino fue preguntando a la gente donde quedaba el salón de arte.
Indicado pudo llegar no muy a tiempo.
Antes de cruzar la puerta respiró hondo y con valor entró, encontrándose a varios hombres y mujeres por el alrededor.

Uno de ellos, que tenía el cabello corto, negro, con gafas, incapaz de poder ver el color de sus ojos por el reflejo de la luz, se le acercó.
Señor: ¿Carlise, no? Bien por aquí y rápido.- Sin dejar que reaccionara le agarró y se lo llevó a otra sala un poco más pequeña pero no había nadie a la vista, solo otro joven y un pequeño vestuario a lo lejos.
-Bien, ve al vestuario, te dirán lo que te tienes que poner.- Le empujó suavemente para que avanzara.

Este sin decir nada se dirigió hacia donde le indicó el otro, unas mujeres se encontraban allí y empezaron a sacar ropa, observando si aquello le quedaba bien o no.
Ya decidías le entregaron el traje y después se fueron para que el otro se cambiara.
Era un traje colegial, se lo quedó mirando.
Una chaqueta que era blanca con un pequeño signo en el pecho diestro, una camisa negra, de conjunto una corbata de color rojiza y unos pantalones grisáceos con unas pequeñas rayas blancas.

Suspiró y se cambió.
Al cabo del rato salió ya vestido, las mujeres volvieron acercarse y empezaron a maquillar el rostro, y la otra empezó a arreglarle el cabello, dejándoselo en una larga coleta.

De nuevo le hicieron salir de allí, le digieron donde se tenía que ir, pero fue acompañado por el mismo hombre.
Al llegar observó que había mucha gente alrededor de algo, en cuando se acercaron todos se apartaron, escuchando por el fondo los susurros y murmullos de los demás.
En medio había una pequeña plataforma con un asiento en medio de esta.
Le indicaron que se sentara y que cogiera una postura cómoda y que se quedara quieto. Obedeció, se quedó quieto, ya sentado en la silla, con la espalda firme y sus manos en sus rodillas.

El hombre empezó a pintar en su cuadro mientras que la gente se sorprendía ver al modelo, reconociéndolo de otros lugares, anuncios, de ropa….

-Nergal se encontraba en la limusina que ya caracterizaba su persona, por donde pasaba esa limusina muchos señalaban, muchos se denetian, sabian que era el señor arcadia, en la misma reinaba el silencio, george como siempre al volante, vestido informalmente, con una camisa y unos pantalones de deporte, el cabello alborotado y la particuliar sonrisa que le caracterizaba.

Nergal en cambio iba formal aunque como siempre con un toque de rebeldia, sus pantalones negros, con lo zapatos de deporte, que se amoldaban a sus pies, sus cabellos recogidos en un lazo como el que mozart llevo en sus dias, sus dedos tamborileaban parsimoniosos en sus rodillas cuando colocaba la mejilla en el cristal mirando lo que pasaba hasta que la voz de george le sacó de su ensimiasmiento-

G- ¿ a donde vamos señor ?

a la galeria de arte

G- ¿ y eso ?

no les he hecho muchas visitas y al parecer desean que vea como uquedo despues de la inauguracion

G- mm ya veo..entonces llegaremos en pocos minutos señor

esta bien

- tras aquel dialogo seguido de algunas palabras mas de george como que el dia estaba nublado o que tuviera cuidado, llegaron a la galeria de arte, un basto edificio, moderno, contenporaneo como indicaba su fachada, una sonrisa salio en el rostro de nergal cuando se sintió orgulloso de ese edificio, finalmente tras despedir a george abrió la puerta, al bajar algunos le señaban o se quedaban boquiabiertos.

Nergal solo caminaba hacia adelante sin fijarse en nada ni en nadie para ser recibido por el director, roberto, que le tendia la mano y le guiaba en su interior, llevandole justo en el momento que como indicaba " se pintaba lo vivo "-

hm..quien es?

R- carlise mi señor. un modelo que se ha unido a la causa

-asintiendo observó tanto a los pintores como al modelo-

Cada vez había más gente, incluso algunos sacaban fotos de recuerdo o tan solo para poder vacilar a sus compañero o quizás amigos de que vio a alguien “importante”.
Se estaba cansando de estar siempre de la misma postura y sin remediarlo curvó un poco la espalda, pero el pintor le llamó la atención, haciendo que volviera a su puesto de antes.
Resopló.
¿Por cuánto tendría que estar de esa postura? Era cansancio y a la vez agobiante, la gente seguía acumulándose por los alrededores.

Deslizó sus luceros por los alrededores con el disimulo de que el otro no le viera. Visualizó mejor a los otros, pero algo le llamó la atención, también había gente rodeando a dos hombres.
No mostró ninguna expresión, pero se notaba que tenía curiosidad por quien era, era un hombre opuesto, ¿sería un hombre importante? No conocía del todo aquella ciudad, pero ya va siendo la hora de que vaya aprendiendo.

Las horas pasaron….
Finalmente el pintor acabó, en cuando este le indicó que ya podía moverse, se puso en pie y se estiró un poco, por fin libre, suspiró de alivio y bajó de la pequeña plataforma.
Colocó su mano diestra en su hombro contrario, dándose pequeños masaje mientras que movía lentamente su cabeza en forma de círculo.

Después volvió a mirar donde se encontraba el hombre, parpadeó, estaba seguro de que era alguien importante.
Escuchó una voz de detrás suyo, era de nuevo el hombre de cabello corto y negro, diciéndole que ya se podía cambiar y que tendría otra cita con un modelista para hablar de negocios.
Todo era agotador…
Solo asintió con el rostro mientras que caminaba lentamente, el otro le seguía hablando y siguiéndole.

-por primera vez todas las miradas se posaban en el joven que habia estado posando, debia admitir que sus movimientos eran graciles y delicados como los que se exigian a los modelos masculinos, ahora en arcadia la masculinidad en los modelos era algo desfasado y las delicadas flores estban creciendo y dando sus frutos-

R- por aqui. mire este cuadro..¿ que opina de los pintores ?

- se quedo observando el cuadro, su mano acarició el menton y sus ojos rondaron por los colores que se utilizaban, azul, rojo, carne, el movimiento del cabello atenuando los colores claros, si, era un buen trabajo, era el unico pensamiento, para murmurar-

si. es verdar que los pintores son excelentes, pero el modelo tambien lo es. ¿ no cree ?

- roberto miro el cuadro y luego rió y asintió-

R- venga señor, conozcamos a tan adulador modelo

-asentí, sacando un cigarrillo mientras lo colocaba en su boca sin encenderlo, procurando que el humo no golpeara en la cara de nadie, solo manteniendolo en su boca, caminando independientemente-

R- e-espere

- roberto suspiraba cuando por fin nergal se detenia y el podia mantenerse a su paso, mientras, dirigia una mirada a como el agente, o el que parecia el agente del modelo no paraba de acosarle-

Aquel hombre seguía hablando sin callar un segundo, diciéndole las cosas que tenía que hacer después de que llamaran de una empresa, si es que le llamaban.
Suspiró.
No tenía ni un minuto libre, era todo agobiador y un tanto de cansancio, a tal punto que a veces se replanteó de dejar el trabajo, pero no, ya que su tía se pondría triste si lo hiciera, así que perduraría en ese trabajo.

-Eh… Voy a cambiarme.- Dijo señalando con su dedo índice de la mano derecha el vestuario. El hombre dejó de hablar por unos pocos segundos y asintió con el rostro, echándose a un lado esperando a que volviera a salir para seguir con su discurso.
Sin muchas ganas fue quitándose la ropa, si no antes quitarse la goma de pelo, dejando que su cabello se dejara caer sobre su cuerpo.
Empezó a vestirse de su ropa de antes, con lentitud acabó y el hombre parecía que se subía por las paredes de tanto esperar.

Se dejó ver una vez que terminó, arreglándose bien el cabello debido al desbaratamiento de este.
El hombre volvió a decirle las cosas, era pesado la verdad, le miró no con muchas ganas y fue asintiendo a medida que le iba diciendo.
Pero se detuvo, observó al chico de antes en la puerta, parpadeó ligeramente y el hombre paró de hablar al observar al otro, parecía ser que le conocía. -¿Sabes quién es?- Le susurró al hombre mientras que no apartaba la mirada del otro.

Hombre: -¿¡No sabes quién es!? ¡Eso no puede ser!- Exclamó malhumorado. –Es el dueño de toda Arcadia.- Su voz sonó orgulloso de ello.

Le miró y ladeó la cabeza, ya sabía que era alguien importante pero tampoco llegó a pensar que tanto.
En cuando el otro le observó este se percató y de sus labios se dibujó una pequeña sonrisa en señal de saludo.
El hombre se dio cuenta de ello y empezó a reñirle ya que no tenía de tener tantas confianzas al gran señor.

por favor. no sea tan duro con el modelo, gracias a el sus pintores han obtenido una calidad de diamante

- la voz de nergal como siempre era paciente pero con un toque de desafio que pocos osaban dudar, crzó lo brazos respondiendo a la sonrisa del modelo con una propia, al principio roberto seguia pendiente en que nergal sintiera placer o algo parecido mirando como habia quedado todo, sus pensamientos fueron callados teniendo en cuenta que fue el mismo quien ideó todo y quien en su inauguracion y antes de que le nombrasen director a roberto, habia sido todo pacientemente calculado, creado y ordenado-

nergal ahriman, dueño supremo de arcadia un honor

- no despegó de sus labios ninguna sonrisa, sino que se dedicó quitar algunos mechones de su camisa, a pesar de la formalidad que vestia su cuerpo se señalaba de forma justa, sin dejar de mostrar su forma atletica pero a su vez dandole el porte de un lider, al parecer la sonrisa del joven modelo o sus acciones estaban regidas por e que parecia su agente, una sonrisa de desprecio crecio en su slabios -

veo que tienes un buen manager

- aunque el tono de voz era algo diferente a lo que se oiria como un piropo, mientras, roberto seguia intentando hablar con nergal aunque sonriendo de forma nerviosa, debia de contratar a los hombres, no a los maricas, ese era el pensamiento, gonzalo u otros de sus hombres irian mejor en ese puesto, y no sudarian como cerdos, aunque no lo exteriorizaba simplemente dejó a roberto hablar -

ha una cafeteria..abajo por si desea tomarse un descanso..

-nergal asintió, y señaló al modelo-

nos tomaremos un descanso

- dio la vuelta, para mirar al modelo esperando que le siguiera -

monsieur carlise. me seguiria?

El hombre dejó inmediatamente de hablar al otro en cuando escuchó la voz de Negaral. Rápidamente le miró e hizo una reverencia, inclinándose la mitad del cuerpo hacia delante.
Hombre: -Oh, lo siento mi señor, pero es que todavía tiene que aprender un poco.- Dijo mientras que miraba al modelo de reojo.
Después volvió a mirar a su señor, ante su comentario, este paso ligeramente su brazo por detrás de su cabeza. –Vaya, muchas gracias señor.- Agradeció.

Lo único que hacía era observar la conversación de su manager y aquel hombre importante, haciéndose llamar, Negaral.
De sus labios siguió su sonrisa, en ningún momento parecía que fuera a quitarla de su rostro, hasta que vio como mayor le señalaba, ladeó la cabeza sin comprender mucho, pero parecía ser que le estaba invitando.
Sonrió agradecido y deslizó la mirada hacia su manager, pidiéndole permiso para irse, al hacerlo se alejó de este con el paso un tanto ligero para alcanzarles, haciendo que su cabellera se moviera de un lado a otro. –Muchas gracias.- Les agradeció con una sonrisa arrebatadora en sus labios.