Noche (libre)

Áriel se revolvió en sus sábanas, perezoso, descubriendo la mitad superior de su cuerpo. Aquella estaba siendo una noche tranquila y continuaba a la espera de que algún cliente le reclamara.
En silencio, se preguntó a quién y cómo atendería aquella noche, ¿hombre?, ¿mujer?, ¿uke?, ¿seme?... ¿Qué más daba? Fuera quien fuera, su trabajo era el mismo, complacer sus caprichos, por extraños que pudieran parecer.

Su mirada se dirigió al espejo de la habitación y suspiró, aún quedaba mucha noche por delante. En cierta forma deseaba que llegara el que sería su cliente, su dueño, por aquella noche. Le ayudaría a matar el aburrimiento. Él, decidiría qué y cómo se comportaría Áriel, qué ropa se pondría y si deseaba algún trato especial.
Hasta entonces, Áriel, sólo debía esperar, semidesnudo, recostado en aquella cama.

[ permiso.. nxn ]

* mis ojos estaban entrecerrados cuando los abrí el claro de mis pupilas recibia a aquel hombre que se adueñó de mi mirada desde que le vi aparecer. hice todo lo que estaba en mis manos para entrar y para conseguir una noche entera con el joven*

bonjour

* mi odioso frances estaba de nuevo " ahi va mi ultima oportunidad william. ya suenas como un pijo" pensé, anque me calle esas palabras dirigiendome hacia la cama para mirar sus ojos*

te tengo para mi toda la noche. no soy alguien que puedas llamar brusco pero tampoco soy dulce

* " aclarate jasper de mierda¡" ese era mi segundo pensamiento cuando mis labios descendieron por su oido, mordiendo el lobulo del muchacho peliazul*

tienes un sabor dulce

Y le vió entrar... Pelo largo y grisáceo, ojos azul claro y una piel delicada. El hombre se aproximó a él y acarició su oido con sus labios, mordiendo su lóbulo. Su rostro se apartó ligeramente al sentirlo mientras su cuerpo se agitaba.

_¿Qué desea mi señor de mí? - le dijo con los ojos entrecerrados. - Soy todo suyo, cumpliré sus deseos.

Y le miró, subiendo sus manos hasta sus hombros, sintiendo el aroma de aquel hombre rozándo su piel.

_¿En verdad cree que tengo un sabor dulce? - le respondió con una sonrisa ligéramente pícara.

si. un sabor dulce

*le miro a los ojos cuando se aleja de mi tan solo unos milimetros una perdida que mis labios reclaman rozando los de el peliazul abriendo mi boca para que un aliento caliente le rozase*

no soy tu señor. soy william recuerdalo

*sonreí a la cercania de nuestros cuerpos y como mi cuerpo y mi pecho respiraba de manera que los roces se hacian inminentes*

_William.... - susurra Áriel, sientiendo el suave aliento de aquel hombre en sus labios, tentado de besarlos. - Y, ¿qué desea William que haga para él? O, mejor dicho... ¿qué quiere hacer William conmigo?

Puede sentir su cuerpo muy cerca de él, rozándo su piel de forma tentadora. Sus labios se entreabren, deseosos de probar los de aquel hombre. Seguro que son tan suaves como parecen, tan dominantes y decididos como le está demostrando ser. Con delicadeza, acaricia su espalda, sintiendo su calidez bajo su ropa.

Sus manos fueron apresadas con fuerza por las de William mientras sus ojos azules se clavaban en los de él, atravesándolo.
Ariel contuvo la respiración, sintiendo como el cuerpo de aquel hombre se posaba sobre el de suyo.
"Lo que desee...¿ esa es la respuesta que vos esperabais oir ?", le dice con voz profunda. Sí, aquello era lo que deseaba oir...
Sus ojos se entrecierran permitiendo que se apoderara de sus labios, respondiendo a aquel profundo beso, urgente, que se abre paso en su boca.
Un leve gemido surge de ellos, y su cuerpo se agita ligeramente ante el contacto de aquel hombre. Comenzaba a agradarle demasiado... Su trabajo, era complacerle, pero su piel se erizaba al sentirle encima de él, ansiosa por sentirle más profundo en él.

_Mi cuerpo es tuyo, William... - le responde sumiso, apartando su mirada ligeramente avergonzado - Haz conmigo lo que desees...

Sus manos, no oponen resistencia alguna.

Su cuerpo sentia el roce de su pálida piel, notando la erección de aquel chico rozarse con la suya.

_Mmmm.... hazlo... - le susurra al oir sus palabras.

Y se abraza a él volviendo a besarse. De repente, sus ojos se abren gratamente sorprendidos. Aquel hombre sí sabía como besar... Succionaba su lengua, mordiéndola ligeramente como si quisiera mostrarle lo que haría en su miembro.
Ariel se abraza con fuerza a él mientras siente como si le robaran la vida en aquel beso...

_Mmmmgggg......

Su respiración se entrecorta y sus ojos se cierran completamente hasta que el beso termina. Al separarse, un hilo de saliva les une.

_Másssss......... aahh.... - gime en sus labios, acariciando su pelo, y los lame con delicadeza.

Su rostro se sonroja visiblemente y sus caderas se elevan buscando su contacto, está excitado y quiere sentir el calor de su piel lo más cerca posible.

Áriel gemía suavemente con cada caricia que le dedicaba. Sus manos en sus pezones se sentían deliciosas, haciéndole reaccionar fuertemente, haciendo que se irguieran ante él, duros y sonrosados.
Sentía su hombría, presionando de una forma deliciosa la suya, haciendole desearle muy cerca de él.
"me encanta tu cuerpo..", oyó que le comentaba.

_Es todo tuyo, William... - le susurró al oído.

Y observó sorprendido como retiraba sus boxer de un sólo movimiento, acariciando con ellos su cuerpo, sus labios y su cuello. Podía sentir su aroma en ellos, un aroma fuerte y profundo, el aroma de su sexo...
Jadeante, observó la erección del albino bajo su pantalón, deseosa de ser liberada.

_Déjame verla... - le susurró - Quiero probarla, en mi boca...

Y sus ojos se entrecerraron al sentir sus manos en sus muslos, haciéndole calentarse aún más, refrescándole sólo los movimientos de su lengua en sus pezones. Sus manos acariciaron las sábanas mientras su espalda se arqueaba ligeramente.