Departamento de Miina.

Escucho eso y rio para si mismo, mas prefirio callar, no se pondria a discutir con ella en ese momento, ya habria timpo para hacerlo despues.

Al sentir como rodeaba su cuello con los brazos, le abrazo mas fuerte a si mismo, pegando su pecho al suyo, y asi cuando esta se elevo levemente, sus pechos de frotaron contra el suyo, causando sierte friccion palcentera entre los pezones ajenos y la piel propia.

Le fascinaba la forma en que recorria su boca, pero no dejaria que tomara todo el control. Enredo su propia lengua con la ejan de tal forma que pudo jalarla hacia dentro de su propia boca, mordiendo suavemente aquella lengua con los labios, chupandola, no bruscamente, si no de manera que fuera deslizandose por entre sus labios, tomando la saliva que habia en esta como si tubiera la intencion de secarla.

Su propio pantalon, aunque estubiera desabrochado, ya molestaba, y si comenzaba a sudar ya a causa del calor del cuerpo femenino, este terminaria pegado a su piel por el material del que estaba echo, pero no queria cambiar de tan deliciosa posicion.

Meintras le besaba y le abraza, apegandola a su pecho, no podia evitar ela cariciar la suave piel de su cintura y su espalda, auquella piel tan tipica de una femina, siempre suave y tersa como la seda.

Vio divertido el respentino y extraño cambio de posicion de la demina y rio suavemente. - Jo... a mi me gustaba la pose anterior.- Rio nuevamente ante tan sutiles palabras y obediente hiso la pelvis hacia arriba, levantando el trasero, asiento sierto movimiento con las piernas para que a la femina le fuera mas facil desprender auquella molesta prenda.

Antes de que prosiguiera, le tomo de menton, acercando su rostro al suyo. - No quiero que juegues con la boca; la quiero junto a la mia todo el tiempo.- Agrego tras recordar el comentario antes echo por la mujer, lamiendo suavemente sus labios.

- Por qué?- Sonrio maliciosamente, aunque con sierta ternura ante la inocencia que demostro al preguntar eso. Sin soltarle del menton y a pesar de la firma pose que tomaba al no querer cambiar de posicion, logro sentarle por tercera vez encima suyo, dejando su boca a escasos centimetros de ls suya mirandole directamente a los ojos.

- Por que me da la gana... - Unio sus labios a los suyos con sierta violencia, apegandolos completamente, sin dejar ningun centimetro de la piel de sus labios libre.

La verdad, es que no queria que aquellos finos labios se vieran en su miembro, no creia que fuera necesario, mas le gustaba mas la idea de degustarlos "en el acto" a que simplemente el se viera atendido.

Beso sus labios por algunos segunods, para luego bajar por su barbilla, pasando por su cuello hasta llegar a sus pechos, donde se dispuso ahora besar suavemente el izquierdo, llegando hasta su pezos, el cual bordeo con la lengua para luego lamermo y despues comenzar a chuparlo, como cuando un niño busca sacar leche del pecho de su madre, obligandole a arquear levemente la espalda y echar la cabeza hacia atras.

Gruño. Como era posible que no cediera?, Definitivamente todo hiba a ser algo mas complicado de lo que pensaba, despues de todo, el leve estado de ebriedad que presentaba la femina habia desaparecido, o si no, era por eso que se mostraba tan terca.

En un movimiento un tanto brusco, empujo a Miina obligandola a acostarse completamente en la cama, quedando el ahora sobre el, de rodilla, con la piernas rodeando arte de sus muslos y su cadera, co ambas manos al lado de su rostro. - Que acaso no entiendes que lo que quieres no un acto digno para una princesa? Para tan finos labios... - Dicho esto su diestra sobre su mejilla, recorriendo sus labios con el pulgar.

Acerco su rostro al suyo, mas paso de largo hasta su cuello, suviendo hasta su oido, rozando la punta de su nariz contra su piel en el camino, llegando a su oido.- Que no entiendes que quiero hacerte mia ya y darte todo el placer que estabas deseando?-

Se extraño un poco al ver aquella reaccion por parte de la mujer, mirandole atento, tratando de analizar a que se debia tal reaccion y tales gestos. Se mantubo firme cuando los finos brazos de Miina intentaron empujarle o apartarlo.

Escucho atento aquellas palabras, sintiendo tal vez un poco de lastima por aquella chica, que tenia que hacer tan sucio trabajo para sobrevivir, un trabajo que claramente le tenia aterrada.- Tiene relacion en que trabajes y como te comportes con alguien en la intimidad con otra persona?- Solto con el ceño levemente fruncido... Aquella mujer estaba negando la posicion de princesa que le estaba dando solo por tener que cumplir un trabajo no deseado.

Escucho aquella peticion, y obediente, levanto el torso, dejando de apollar las manos en cama, quedando de rodillas aun sobre su cuerpo; No se iria, no primero sin confirmar si la peticion de aquella mujer era simplemente por su nerviosismo o por que de echo, lo queria lejos.- Estas segura?... No soy tan poco hombre como para dejar a alguien en tu estado sola, si es lo que piensas.- Se le quedo fijamente de nuevo, solo aparto la vista para volver a admirar el cuerpo, ese fino y debil cuerpo, que temblaba por el nerviosismo y tal vez por el miedo, un cuerpo que necesitaba la proteccion y el calor de alguien mas.

Tras escuchar eso y ver como la femina se cubria los ojos con el antebrazo; obedecio. Se bajo de la cama, mas no se vistio... Como habia dicho, no se iria, solo le haria creer que si.

Hiso algo de ruido, intentando demostrar que cogia sus cosas, mas volvio a dejarlas en el piso, solo que sin hacer ningun ruido. Luego de dejarlas ahi, se dirigio en reversa hacia la entrada del cuarto, deteniendose, pero moviendo los pies como si se alejara. Y asi... cerro la puerta, pero no la de salida, si no que la de la entrada del cuarto, que se habia mantenido abierta hasta entonces.

Y simplemente se recargo en silencio contra la pared, con los brazos cruzados, aun en ropa interior. No tenia ganas de irse, ahi se quedaria, y ahora esperaba curioso la reaccion que tendria Miina al descubrir sus ojos y verle ahi parad.o.

Vio como repentinamente, en vez de hacer el movimiento que el esperaba que hiciera, le daba la puerta a la espalda, encogiendose, temblando.

No logro notar el llanto ni nada por el estilo, ya que la chica no emitia sollozo alguno, si no que simplemente dejaba que las lagrimas corrieran sin sentido alguno; pero ahora con mayor razon no se iria. Dejo de apollarse en la pared, soltando los brazos para dirigarse aun silenciosamente a la cama.

Se sento detras de Miina, pero mirando en direccion hacia ella, y en un rapido movimiento, ya la tenia abrazada contra su pecho, encogida en la posicion que estaba, cubriendola con los brazos.- Te resfriaras si te quedas asi ...- Cualquier otro hombre al verla llorar la hubiera consolado, pero el, bruto y malhablado como era, solo pudo decir eso.

Lo Sabia, se lo esperaba, y estaba mas que preparado para auquellos golpes; Miina habia dejado mas que claro que no era una mujer cualquier, que simplemente se habria abrazado a su cuello sumiendose al llanto, no señor.

Sonrio levemente divertido, si, no podio evitar el que aquella situacion le diviertiera de sierto modo, mas un porque la femina habia cogido su abrigo para curbrise y le daba una apariencia bastante extraña.

Mas su semblante se torno serio al ver como de disponia a salir del cuarto. - Claro, sal... Nada mas espera a que no te esten buscando aquellos para quienes tenias que trabajar.- Se quedo sentado en la cama, mirandola serio, con sierto tono desafiante en su mirar, no le dejaria salir...

- Te estas arrepintiendo de lo que pedias antes. Por que? Acaso no soy lo suficientemente bueno para ti, Princesa?- Queria provocarle, provocarle para que asi desviara su atencion hacia el y olvidara la idea de salir, no importaba si terminaba siendo golpeado, tenia suficiente fuera para que eso no pasara. Queria recordarle lo exitada que se encontraba hace tan solo unos minutos atras...

Dio un leve y disimulado suspiro al ver que porfin Miina habia decidio voltearse, sintiendo mucho mas alivio al ver que aquella mirada un tanto agresiva al pricipio era reemplazada por una sonrisa provocada por sus palabras.

Sonrio levemente con picardia al ver ahora como se acercaba hacia el, con un movimiento de caderas y cintura bastante sensual, para aquella persona que decia casi no tener curvas. Vio como posaba la pierna sobre la cama, mirandole algo confundido ante aquellas palabras que habia dicho, no logrando entender del todo.

- Geisha?... - Elevo la mano a su rostro, limpiando los rastros que las lagrimas habian dejado en sus mejilla, apartando la humedad, secandola.- A quien tengo al frente es la unica Hime que en visto en toda esta mugrosa ciudad...- Bajo la mano que habia ultilizado para limpias las mejillas ajenas por todo el costado, bordeando sus brazos, su cintura y su cadera, para llegar a aquel suave muslo, al cual acaricio sutilmente...

Sonrio suavemente al sentir esos suaves besos por su mano al acaricias ese bello y fino rostro, recorriendo sus finas facciones.

Cuando la vio alzar su otra pierna, casi por reflejo, la mano correspondiente que se encontraba al lado de donde estaba esa pierna se poso sobre ese muslo, imitando a la otra, acariciandolo suavemente.- Estoy dispuesto a quedarme aqui el tiempo que quieras...- Al sentir esos labios cerca de los suyos, logro embriagarse por leves segundos con el aire ajeno, respirandolo, robandolo. Pero a la vez entendia que sus acciones llevaban a ago peligroso.

Tras escuchar aquella peticion, no puedo avitar quedar sorprendido interiormente, mas le miro tranquilo por unos momentos y luego...simplemente apollo la frente entre sus pechos, mirando su vientre. - Estas segura de que es eso lo que quieres?

Un hijo... Una vida; Estaba dispuesto a darle eso. Aquella persona la cual llevaba tan solo unas horas de haber conocido, le habia cautivado, nunca habia conocido a tal mujer, con una actitud tan similar a la suya. - Mareos, Antojos, Subidas de peso... Estas dispuesta a pasar por eso?. Acaricio suavemente aquel plano vientre... No le importaba si no le hacian efecto alguno als consecuencias que traeria un embarazo, el la deseaba, y le haria suya sea como sea.

Sabia perfectamente a que se debia el hecho de que le haya pedido un hijo... Asustarlo, probarlo, ver que tan hombre era. Y asi estaban los dos; intentando asustarse con el niño que es pocos minutos seria creado... Siendo ambos igual de irresponsable por eso.

Acariciaba con total sutilesa y calides su vientre, donde alojaria, si todo salia bien, a su futuro bebe; el bebe de ambos. Por que si, el no estaria dispuesto a simplemente dejarla embaraza y huir, si hiba a darle un hijo, seria con la condicion de cuidarlos juntos; Y eso se lo haria saber mas tarde.

Ahora simplemente se dedico a callar, a callar y escuchar las palabras que decia a su oido, palabras dignas de una Geisha... ¿Por que ese afan de querer parecer una, si en el fondo sabia perfectamente que era una Hime? ... Que seria siempre tratada como una por el?. No hiba a escuchar mas palabras. Rodeo aquella fina cintura con un brazo, levanto el rostro y con la mano que acariciaba su vientre ahora tomo su rostro, posando la mano en su mejilla, obligandola a acercar su rostro al suyo y asi poder besarla, pero no de un modo casi salvaje como lo habia hecho antes, si no que de un modo suave, acariciando su boca con sutileza.

Definitivamente todo lo pasado eso noche haria que que sucederia ahora no fuera solo sexo. La mayoria de las veces que tenia sexo solo por diversion, si se le daba la gana, el cuerpo de la persona con la que se habia acostado terminaba en una caja de cristal, desnudo, frio, sin vida.

Pero no le haria nada de eso a Miina, le haria el amor, la haria suya, y con ella tendria un bebe.

A medida el cuerpo contrario de acomodaba sobre el suyo, es se echaba hacia atras en la cama, buscando la pose mas comoda para ambos. ¿Cuantas veces habian cambiado ya de posicion esa noche? Definitivamente habia perdido la cuenta, de verdad habia sido algo bastante inquieto todo eso. Se quedo exactamente en la misma posicion, teniendo a mina sobre sus piernas, solo que el ahora estaba sentado en la parte de arriba de la cama, casi apollado en el respaldo.

Paseaba las manos por esa fina cintura, por las anchas {no exesibamente} caderas, por la suave espalda de Miina. A medida se hiba descubriendo nuevamente su denudes, hiba acariciando, asegurandose de no dejar ni un centimetro de piel libre de sus caricias. Mientras, besaba con gusto aquella deliciosa cavidad, recorriendola, saborandola, recorriendo suavemente la lengua ajena tal como ella lo hacia con la suya, degustando sus labios, sin intencion de separse de ellos por el momento.